Una de cada cuatro familias catalanas convive con un gato o un perro en casa. Es una tendencia al alza. Cada vez tenemos menos hijos y, en cambio, más animales de compañía. Los perros son mayoría, pero los gatos están ganando terreno. Diversos estudios científicos demuestran que las personas que conviven con animales tienen mayor autoestima, menos estrés y un mayor bienestar psicológico. Pero los animales domésticos también tienen costos socioambientales que no todo el mundo está dispuesto a pagar.
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